El día amanece gris, ceniciento. Un día cualquiera de cualquier invierno en León, salvo que ya estamos a finales de abril.
En la habitación de la novia casi no hay luz. Ella mantiene un tono serio que oculta sus nervios. Está a veinte cosas; mientras la peinan organiza a todo el mundo para que todo esté perfecto. El fotógrafo la pide ayuda: “Está caro que yo sonría”, dice.
El novio está más relajado. Ha dormido bien y se baja a la calle a echar un cigarro con el padrino. En pijama y con el abrigo puesto. En la plaza se escucha el mercado de los sábados.
A medida que pasan las horas, vamos entrando en la familia. Ya no somos extraños. La novia sigue seria. El novio no pasa de bromear. Llegó el momento de salir a la Catedral.
Mientras el novio espera pacientemente en el altar, el capellán de la Catedral mira el reloj. “¿Dónde está la novia?. Luego tenemos otra boda y hay que ser puntuales”.
Se oyen comentarios de los amigos: “¡Aunque no venga la novia la fiesta se hace!”. Risas…
Mónica e Ismael – Quiero hablarte de ellos from Enfoque a tres on Vimeo.
Resumen de una boda cargada de alegría, cariño y fuerza. De cercanía y cariño.
Cada día estoy más agradecido de poder compartir uno de los días más felices de vuestras vidas. Y mientras el cuerpo aguante, lo seguiré haciendo.
Hay muchas formas de verlo; ésta es la mía.
Gracias Mónica e Ismael por dejarme contar vuestro día.
¡Mil años de felicidad!